CATEQUESIS Nº 10
SALOMON
Y LOS PROFETAS
PRIMERO QUE
NADA
- Ambientación
- Acogida
- Oración:
Dios Padre, a Ti que diste
sabiduría al rey Salomón y que suscitaste en medio de tu pueblo profetas que
anunciaban la salvación y la liberación en los momentos de tribulación, te
bendecimos y te alabamos al reunirnos como hermanos una semana más para seguir
conociendo tu obra de salvación en el mundo.
Fuiste generoso con el rey
Salomón, le diste sabiduría para gobernar con justicia a tu pueblo. Pero él
pecó y se volvió injusto y por eso su pueblo sufrió la muerte y el dolor. Pero
Tú no abandonaste a tus hijos a la suerte de su pecado. Suscitabas profetas a
través de los cuales le hacías ver al pueblo su pecado y le mostrabas el camino
para corregir su conducta. Por medio de estos mismos hombres anunciabas la
llegada de un Mesías definitivo. Señor,
danos la misma sabiduría que a Salomón para actuar en la vida correctamente y
no hacer lo mal hecho. Suscita en medio de nuestro pueblo profetas, testigos
que nos muestren el verdadero camino que lleva al hombre hasta el encuentro
contigo, único Dios verdadero. Amén.
Y,¿COMO ESTUVO
LA SEMANA?
- Compartimos lo que nos
aconteció en la semana.
- Revisamos el compromiso de la
semana. Si cumplimos damos gracias, si fallamos pedimos perdón.
EL TEMA DE HOY
Hoy vamos a seguir conociendo la
historia de salvación de este pueblo que Dios se escogió como su pueblo. Pero,
primero, vamos a recordar algo de lo que dijimos la semana pasada. ¿Quien
recuerda de qué fue que hablamos?...
- En el tema pasado vimos cómo
el Pueblo de Israel, el Pueblo de Dios, pasó de ser un pueblo dirigido por los
jueces a ser un reino gobernado por reyes. Vimos, también, cómo este pueblo
llegó a ser una gran potencia bajo el reinado de David.
IDEAS CENTRALES
Bien, pues sigamos.
- ¿Sabe alguien quien fue el
sustituto de David como rey de Israel?...
- Como hacemos en otras
ocasiones, vamos a ver si entre todos componemos la historia de este personaje,
la historia del rey Salomón. Esta historia se nos narra en el primer libro de
los Reyes.
- Como su padre David, Salomón
comenzó siendo un rey bueno, quería sabiduría sólo para gobernar con justicia a
su pueblo y de acuerdo a la voluntad de Dios (I Reyes 3,4-16). Dios, además de
la sabiduría, le concedió el don de las riquezas.
- Y tan grande fue su fama de
hombre sabio que todo el mundo acudía a él para pedirle consejo y para que
fuera él quien decidiera en los asuntos más diversos que enfrentaban a la gente
de su pueblo (I Reyes 3,16-28).
- Llevado de su poder y de sus
riquezas, Salomón se apartó de Dios y pecó; y su pecado traería la desgracias
sobre su pueblo que ya no viviría en paz y terminaría por dividirse en dos.
- ¿Nos ocurre hoy a nosotros de
alguna manera lo que le pasó a Salomón? ¿Hemos visto a alguien pasar de ser
buena gente a ser malos?... Hablemos de ello.
- ¿Por qué se producen estos
cambios tan bruscos en la gente?...
- A nosotros esta historia de
Salomón nos deja una enseñanza muy clara; que los dones que tenemos son un
regalo de Dios y que debemos hacer un uso correcto de esos dones. Tenemos que
ponerlos al servicio de los demás, de la comunidad; si los explotamos para
servicio particular hacemos como Salomón, cometer injusticias.
- Pero Dios, fiel siempre a su
pueblo, no lo abandonó a su propia suerte y se apiadó de su dolor y de su
tristeza y acudió en su ayuda. Lo primero que hizo fue hacer llegar al pueblo
unos mensajeros que levantaran el ánimo de los israelitas que se encontraban
abatidos. Estos mensajeros eran los profetas, hombres que se habían mantenido
fieles a Dios y que no se habían dejado llevar de los pecados del pueblo y de
sus dirigentes.
- La principal misión de estos
personajes era, primero, denunciar ante el pueblo los pecados cometidos contra
Dios al apartarse de su camino y, luego, recordarle a este pueblo que Dios no
lo había ni olvidado ni abandonado y que acudiría en su auxilio enviándole un
Redentor, un Mesías salvador.
- El primero de estos profetas
fue Elías, un hombre apretado de verdad que le echó al rey en cara las vagabunderías
que hacía y se enfrentó a los profetas falsos, hombres malos que se dedicaban a
halagar a los reyes y jefes del pueblo haciéndoles creer que todo marchaba
bien.
- Llegados a este punto, bueno
es que nos detengamos un momento a pensar en nuestra sociedad de hoy. Seguro
que también nosotros encontramos a nuestro alrededor falsos y verdaderos
profetas. ¿Cómo los podríamos distinguir?...
- Para profetas Dios escogió a
todo tipo de personajes; bastaba que fueran fieles a Dios. Así, por ejemplo,
Dios escogió para profeta a un pastor de ovejas llamado Amós, quien se
dedicó a reprender las injusticias que
se cometían contra los pobres. Otro profeta fue Oseas; este insistió mucho en
que Dios amaba a su pueblo y que no lo abandonaría.
- Otro profeta que se mienta
mucho es Isaías. A este profeta le tocó levantar el ánimo del pueblo a partir
de la esclavitud en Babilonia. De la experiencia de esclavitud del pueblo saca
Isaías lecciones para hablar de la destrucción de Israel y de la aparición de
un Salvador. Lo vemos claro en Isaías 11,1-3.
- Jeremías fue otro de los
profetas más importantes. A éste Dios lo escogió a pesar de su miedo y de sus
temores para desempeñar bien la misión que Dios le encomendaría. Jeremías 1,
5-8.
- Para cada circunstancia y
situación del pueblo, Dios tenía un profeta listo para enviar. Ezequiel, por
ejemplo es el profeta del exilio. A él le tocó profetizar mientras el pueblo
padecía el destierro en Babilonia.
- Son los profetas los que más
claramente nos empiezan a hablar de la figura de Jesús como el Salvador. Al
pecado del pueblo Dios corresponde con su palabra de aliento por medio del
profeta y el sufrimiento que el pueblo padece como resultado de su pecado y de
su infidelidad Dios lo alivia con el anuncio de un Medías, de un Salvador.
QUE NO SE NOS
OLVIDE:
- Los dones que recibimos de
Dios, sean riquezas, sabiduría o poder, debemos ponerlos al servicio de los
demás, de la comunidad para agradar a Dios. Si los usamos para nuestro provecho
personal y en contra de los demás, estamos ofendiendo gravemente a Dios.
- Los profetas eran personas
buenas y fieles a Dios enviadas a levantar el ánimo y la fe de los hijos de
Israel y para denunciarles sus pecados para corregirlos de sus errores.
- Los profetas son una muestra
más de la bondad de Dios para con su pueblo, que no lo abandona cuando peca.
- Hoy Dios sigue suscitando
profetas en medio de nosotros. La gente buena que hay en medio de nosotros y
que con el ejemplo de su vida y el testimonio de su esperanza y alegría nos
ayudan a mantener viva nuestra fe, son los profetas de hoy.
- La principal misión de un
profeta es anunciar la llegada de un Salvador.
NOS
COMPROMETEMOS
Este es un tema demasiado chulo
para que lo dejemos en meras palabras. Vamos a ver cómo lo podemos llevar a la
práctica con algunos compromisos.
Ya hemos visto que Dios escogió
a todo tipo de gente para ser profeta en medio de su pueblo. Dios también me
llama a mí para que yo sea profeta en mi barrio, en mi comunidad, en mi trabajo, donde estudio, etc. Como la
manera de ser profeta es dar testimonio de nuestra fe en Jesús, podríamos esta
semana proponernos muy en serio escoger una situación que nos resulte
particularmente difícil para ser testigos de Jesús. Puedo, por ejemplo,
proponerme hablar con un vecino y exponerle mi experiencia de fe, o cosas
parecidas.
HASTA LA
PROXIMA
- Evaluamos la reunión y el
tema.
- Damos los avisos comunitarios
y parroquiales.